REDACCION INTERNACIONAL (EFE). La colección de fotos, que se puede ver en la página web del “Hubble” y que es la mayor hecha pública de forma simultánea, muestra la interacción entre galaxias, en forma de dramáticas colisiones que desencadenan la formación de estrellas o de sigilosas fusiones que alumbran nuevas galaxias.

Las imágenes son el resultado de un año de trabajo del “Hubble”, un sofisticado telescopio lanzado al espacio en 1990 por la NASA y la ESA para observar el universo desde una órbita a 569 kilómetros de la Tierra, donde permanecerá al menos hasta 2013.

Según la ESA, se cree que las fusiones entre galaxias, más comunes en los inicios del Universo son una de las fuerzas motrices de la evolución cósmica, e incluso las galaxias que aparecen más aisladas muestran signos de haber experimentado una o más fusiones en el pasado.

“Cada una de las galaxias que se fusionan en esta serie de imágenes representa una instantánea de un momento diferente en este largo proceso de interacción”, afirma la Agencia Espacial Europea.

Nuestra propia Vía Láctea contiene restos de las muchas galaxias menores que ha devorado en el pasado, y en la actualidad está absorbiendo a la galaxia elíptica enana de Sagitario.

La Vía Láctea y la galaxia Andrómeda se dirigen una hacia la otra en estos momentos a una velocidad de 500.000 kilómetros por hora y todo parece indicar que seremos absorbidos dentro de unos 2.000 millones de años, según la ESA.

“Cuando eso ocurra, se verán muchas más estrellas en el cielo”, declaró a Efe por teléfono Lars Lindberg Christensen, portavoz de la ESA.

De esa fusión nacerá una nueva galaxia a la que se llama ya “Milkomeda” y que será el nuevo hogar de la Tierra, el Sol y el resto del sistema solar.

También las colisiones entre galaxias son mucho más comunes de lo que se creía, como lo demuestran las observaciones hechas con tecnología avanzada y ordenadores sofisticados.

Estas interacciones, movidas por las mareas causadas por la fuerza gravitatoria de las galaxias, son lentas y tardan cientos de millones de años en completarse.

(Periodismo.com) - Por no haber registrado con un nombre legal a su hijo después de cinco años de su nacimiento, Elizabeth Hallin y su pareja deberán abonar 682 dólares según lo dictaminó una corte de Halmstad.

Como respuesta a la orden judicial los padres decidieron que si había que ponerle un nombre, Brfxxccxxmnpcccclllmmnprxvclmnckssqlbb11116 estaría bien. Es más, consideraron que era un "pregnante y expresionista desarrollo que vemos como una creación artística".

Los padres -que por alguna de esas injusticias inexplicables todavía no fueron sometidos a terapia de electroshock- manifestaron que ese nombre es perfectamente comprendido en el ámbito de la patafísica.

Los padres accedieron a cambiarle el nombre por "A", pero el gobierno también lo rechazó.

La patafísica es una ciencia en broma vinculada al movimiento surrealista. Así como según su etimología la metafísica estudia "lo que está más allá de la física", la patafísica estudia aquello que está "alrededor de lo que está más allá de la física".

Dejen la patafísica y pónganse a trabajar, mejor. En serio. Piensen que ahora hay que alimentar al pobrecito de Brfxxccxxmnpcccclllmmnprxvclmnckssqlbb11116

Thomas Beatie, de Oregón (EEUU), es un transexual en su quinto mes de embarazo. Si todo sigue bien, en cuatro meses se convertirá en el primer hombre en dar a luz en la vida real, fuera de las pantallas cinematográficas.

"Para nuestros vecinos, mi mujer Nancy y yo no parecíamos para nada inusuales. Nos veían como lo que somos, una pareja feliz y profundamente enamorada. Deseábamos trabajar duro, comprar nuestro primer hogar y formar una familia; nada fuera de lo común. Hasta que decidimos que yo engendraría a nuestro hijo".

Así comienza Thomas su testimonio en la publicación 'The Advocate', una revista dirigida especialmente a lectores homosexuales. Su confesión ha dado la vuelta al mundo.

Para cambiar de sexo, algo que hizo hace unos años, Beatie, que nació mujer, se sometió a una operación en la que le quitaron el pecho e inició una terapia hormonal. Sin embargo, mantuvo sus órganos reproductores femeninos.

Sintió la llamada de la maternidad

Pero en una decisión sin precedentes, optó por dejar su tratamiento bimensual de testosterona porque sintió la llamada de la maternidad. Así como suena. Thomas, que es legalmente un hombre desde hace años, ha querido quedarse embarazado.

"Dejé de ponerme las inyecciones de testosterona. Había estado ocho años sin tener la menstruación, así que no fue una decisión fácil de tomar", comenta Beatie en el artículo. "Mi cuerpo se reguló por sí mismo después de cuatro meses y no tuve que tomar estrógenos o progesterona o cualquier otro fármaco que favoreciera la fertilidad para ayudar la concepción", añade.

Su paso al frente, muy meditado, se debe a que su pareja Nancy, con la que comparte su vida desde hace 10 años, tuvo que someterse a una histerectomía en el pasado a causa de una enfermedad.

Las ganas de tener un niño son tan grandes que la pareja piensa que puede vencer todos los obstáculos con los que se han encontrado y va a encontrarse durante la gestación. "Cuando se lo contamos a nuestros familiares se quedaron muy sorprendidos y muchos médicos rechazaron tratarnos", declara Thomas, para quien "tener un bebé no es una necesidad únicamente femenina, sino que es parte del ser humano".

Hace un año, gracias a la inseminación artificial y a un banco de semen, lo que parecía imposible se ha convertido en realidad. "El embarazo es una sensación increíble", afirma.

"Mi barriga crece día tras día, pero yo me siento hombre y cuando nazca mi hija, que está previsto para el mes de julio, yo ejerceré de padre y Nancy de madre", añade.

Discriminación

Beatie lamenta en su testimonio vivir una especie de vacío legal. "Los médicos nos han discriminado, rechazándonos por sus creencias religiosas. Otros profesionales sanitarios rechazan dirigirse a mí como a un varón o reconocer a Nancy como mi mujer. Los recepcionistas se han reído de nosotros. Tampoco algunos amigos y familiares nos han apoyado; la mayoría de la familia de Nancy ni siquiera sabía que era un transexual".

Todo el proceso ha sido, en definitiva, un desafío. Al principio, acudieron a un endocrinólogo experto en reproducción. Varios meses después y tras haberse gastado miles de dólares en pruebas, se encontraron con que el médico no volvería a recibirles ya que su equipo "se sentía incómodo tratando a alguien como yo", explica Beatie en el artículo.

Consultaron a otros ocho especialistas y, un año después de haber tomado la decisión de ser padres, consiguieron el acceso a un banco de esperma. Consiguió quedarse encinta, pero el primer embarazo fue ectópico y no llegó a término. Según cuenta Beatie en su testimonio, fue un duro golpe, más aún cuando escuchó a su hermano decir: "Menos mal que ha pasado. Quién sabe qué clase de monstruo hubiera sido".

"Fuera de la comunidad médica, la gente no sabe que estoy embarazado de cinco meses. Pero nuestra situación hará a las personas preguntarse qué es para ellos lo normal", concluye.

Contento, ahora anuncia con orgullo que su embarazo de momento evoluciona sin complicaciones y tanto él como Nancy esperan el nacimiento de su hija para el próximo 3 de julio.


Fuente: http://www.elmundo.es/elmundosalud/2008/03/26/medicina/1206561500.html